Habia una vez una niña muy linda pero muy engreida de nombre Patty. Como todo lo resolvía con pataletas, en el barrio y en la escuela le decían Patty pataletas.
Patty vivía con sus papás, que la querían mucho pero no sabían como hacer para que Patty deje de portarse tan mal. No le gustaba ayudar en casa, era gritona y malcriada con sus papás y su nana, y cuando jugaba con sus amigos, siempre era lo mismo; a Patty no le gustaba compartir sus juguetes, siempre quería que jueguen a lo que ella decía y cuando no le hacían caso, hacía una pataleta.
La actitud de Patty no le gustaba a sus amigos, y ella no se había dado cuenta, pero se estaban comenzando a alejar cada vez mas con tanta pataleta y maltrato. Preferían jugar entre ellos y dejaron de ir a visitarla a su casa. Cuando se encontraban, sólo jugaban con ella por que si le decían que no querían jugar, Patty hacía pataletas
Patty esperaba con mucha ilusión el día de su cumpleaños, y en casa le habían organizado una linda fiesta a la que invitaron a todos sus amigos. Cuando el día de la fiesta de cumpleaños llegó, nadie fue a visitarla. Patty pasó su fiesta de cumpleaños solita , y cuando se hizo de noche, se puso a llorar.
Entonces su papá, que había estado con ella todo el día, se enteró que ningún amigo había asistido a su cumpleaños porque Patty se había portado mal con todos ellos.
Papá le explicó a Patty la importancia de compartir y ser amable y respetuoso con los demás, por que esa es la unica forma de convivir en sociedad y hacer buenos amigos. Al terminar la charla sacó un paquete envuelto para regalo, abrazó a Patty y se lo dió diciendo:
- Esta es mi sorpresa, felicidades!
Patty sonrió y abrió el paquete de inmediato. Eran unos hermosos zapatos, justo los que le había pedido dias atrás. a pesar que ya era hora de dormir, se los puso y caminó con ellos un rato
- Chuic chuic, chuic chuic - chillaban los zapatos
- Están muy lindos, pero creo que me quedan muy justos, y qué extraño ruído hacen! - Dijo Patty
- Debe ser por que están muy nuevos, tienes que usarlos mas seguido para que te acostumbres a ellos. Ahora cepíllate los dientes y ve a dormir, por que mañana debes volver a la escuela - Contestó papá.
- Sí, mañana iré a la escuela, seré buena con todos y todos me querrán otra vez! ya no seré Patty pataletas, ahora seré Patty la buena!
Patty durmió esa noche muy contenta esperando el nuevo día para demostrar que sería buena esta vez, y todo sería diferente. Cuando llegó la mañana, Patty fue a la escuela llevando sus zapatos nuevos y su nueva actitud también.
- chuic chuic, chuic chuic - chillaban los zapatos
- Que lindos son, pero que raro suenan! - pensaba Patty en el camino
Ese día en la escuela Patty intentó ser amable y compartir, pero sus amigos no le hacían caso y no jugaban con ella. Se enfureció e hizo su pataleta, pero esta vez la ignoraron.
Patty volvió muy enojada esa tarde. Mientras caminaba de regreso a casa pensaba, de qué servía portarse bien si nadie le creía?
- Chuic chuic, chuic chuic - chillaban los zapatos
- Estoy harta de estos zapatos chillones! - refunfuñaba Patty
Al llegar a casa, Patty hizo otra pataleta
- No quiero volver a la escuela nunca más! Ya no quiero estos zapatos! Buaaa ! - Repetía
Papá, que vio lo que ocurría, se le acercó, tomó los zapatos y le dijo:
- Necesitas mas tiempo para que tu te acostumbres a estos nuevos zapatos y ellos también a ti. Debes tener paciencia. No crees que pasa igual con tus amigos? ellos te conocen como Patty pataletas y no han tenido tiempo suficiente para notar que estas cambiando. Si quieres recuperar a tus amigos, debes esforzarte para que tu cambio sea permanente y ellos se acostumbren a la nueva Patty, Debes perseverar!
Los días pasaron, y Patty hizo lo que Papá aconsejó. No está segura de cuándo volvió a juntarse con sus amigos, ahora tiene muchos mas y sólo se preocupa en hacer las tareas, divertirse, compartir y pasar momentos felices.
Y los zapatos?
Ya no se les escucha chillar, así como ya no escuchamos mas las pataletas de Patty.
FIN