Feliz cumpleaños!
Estaba justo frente a su cama, seguramente Papá se la había dejado ahí la noche anterior. Por el tamaño y esa forma, no podía ser otra cosa... toda plana y apoyada en la pared, la forma de las ruedas... se bajó rápidamente de la cama y se disponía a destrozar el papel de regalo cuando escuchó una voz que llegaba desde la cocina a través del pasillo...
- Buenos días Pamela! Feliz cumpleaños! - Dijo mamá al sentir el alboroto
- Buenos días Mamá, Buenos días Papá! - Respondió Pame casi sin dejar de destrozar el papel.
Era una Bicicleta!. Tenía color rosado casi en todas partes, menos en el manubrio y el asiento, que eran de color blanco. Tenía también una hermosa canastilla al frente y estaba toda estampada con su caricatura favorita...
- Qué linda es! Papi, Mami, puedo salir a jugar afuera? - Preguntó Pame mientras entraba a la cocina llevando su nueva bici rodando al lado
- Pues tomate la leche primero, y luego podrás salir un rato - contestó Mamá - además debes ponerte el caso y las rodilleras, eh, y tu padre aún está desayunando.
Papá y mamá nunca habían visto a Pame tomar la leche tan rápido en toda su vida. Que emoción, como ya cumplió tres años y es ya una niña grande, ahora podría dejar su viejo patín, ése con el que jugo todo el año y podrá aprender a montar en bicicleta. Con rueditas, pero bicicleta al fin.
- Listo! vamos Papi?
- Mmmm.. Bueno vamos! - Dijo papá mientras dejaba a un lado la taza de café
Salieron por el patio hasta la calle. Papá llevaba la bicicleta y Pame corría y saltaba de impaciencia. Una vez fuera, papá ayudó a Pame a subir a la bici.
- Sólo debes mirar de frente y comenzar a pedalear... Lista?
- Lista!
No te distraigas
- Qué tal lo estoy haciendo Papi?
- Mira el camino! - Respondió papá casi de inmediato
Pame se asustó un poco con el grito de papá y volteó rápidamente hacia el frente, justo a tiempo ya que se acercaba peligrosamente a la pared de una casa. Enderezó el timón sobre la marcha y siguió pedaleando.
- No quites la vista del camino hijita, que puedes chocar con algo si no te fijas por donde vas - Le dijo papá, un poco más tranquilo y siempre corriendo junto a ella. Demos vuelta a la izquierda en aquella esquina.
Pame obedeció a su papá y dio la vuelta hacia la izquierda. La idea era dar una vuelta a la manzana y luego volver a casa. Papá pensaba que para ser la primera vez en bicicleta estaba bastante bien dar una o dos vueltas a la manzana solamente. Más adelante irían por nuevas aventuras
La calle donde voltearon era la más tranquila del barrio. A lo lejos se veía una hermosa casa muy grande de color blanco y con muchos adornos de piedra. En ella vivía el pequeño Marco, un niño muy engreído que tenía masomenos la misma edad de Pame
Levántate!
Hacía poco había sido el cumpleaños de marquito también, pero a el le habían regalado un precioso coche eléctrico. Cuando Pame pasó con su Papá por la acera de enfrente justo estaba Marquito paseando con su coche eléctrico, seguido al trote por sus dos Nanas. - Corran!- Les gritaba - Alcáncenme si pueden! - Y se reía burlonamente mientras tocaba la bocina para que la gente que asaba por ahí le abriera el paso
- Qué niño tan malcriado!- Pensaba Papá
- Qué carrito tan lindo! - Pensaba Pame
Estaban ambos perdidos en la escena, tan distraidos que no notaron que se acercaban a un gran bache que había en la pista. Cada vez mas cerca hasta que...
CATAPLUM!
La rueda delantera de la bici cayó al agujero y la pobre Pamelita siguió de largo, cayendo un poco mas adelante. Papá cayó también, de rodillas y luego al suelo, pero se paró rápidamente para evitar el papelón y atender a Pame. Había que aguantar el dolor en ese momento, luego en casa se frotaría las rodillas con alguna cremita.
- Pame! Pame! - Decía Papá mientras le ayudaba a levantarse - Todo bien? te golpeaste mucho? donde?
- Ayayay! - Decía Pame, quien lloraba mas por el susto y verguenza que por el dolor. Afortunadamente Mamá le hizo ponerse el caso y las rodilleras, así que la verdad no dolía mucho, pero una caída así de aparatosa ameritaba algo de llanto...
Mientras tanto Marquito había parado a ver la escena, y reía mientras señalaba la escena con el dedo
- Se cayó, Pame se cayó! Jajaja!- Decía y miraba a sus Nanas
Pero Papá no hizo caso, y luego de verificar que todo estaba bien con Pame y su Bici le dijo que la caída no pasó de un susto
- Ay Pame esta vez ambos estuvimos distraídos. Te das cuenta ahora? si nos distraemos y quitamos la vista del camino tarde o temprano caeremos. Ahora no hagas caso a Marquito y sigamos adelante. Qué te parece si vamos por un helado para calmar el dolor?
- Ya! - respondió Pame casi sin que papá hubiera teminado de hablar. El llanto terminó de pronto y las risas de Marquito se fueron haciendo cada vez mas lejanas, y siguieron su camino rápidamente.
- La Heladería hacia la derecha al final de la siguiente calle, vamos! - Dijo Papá entusiasmado. El también necesitaba un helado...
Pobrecito pajarito
Pero Pame se detuvo de inmediato, porque para ella ese camino era en verdad atemorizante...nunca había notado lo grande que era la cuesta, porque siempre había llegado a la heladería en auto, cochecito o en los brazos de papá, pero ahora el desafío era sólo para ella. Probablemente no era gran cosa para un adulto, pero para una pequeña de 3 años era realmente un reto.
Papá notó los ojazos de Pame, y le dijo:
- Te puedo llevar en brazos si quieres, o como ya eres una niña grande puedes hacerlo tu misma. Tú decides..
Pame era una niña grande. Le había dicho a papá y mamá que al cumplir los 3 años ya no la trataran como bebé, y ahora cómo haría para pedir que la suban en brazos?
Mientras recorría con la mirada una y otra vez la enorme subida antes de responder, Pame notó algo extraño y muy pequeñito moviéndose en la vereda a pocos metros de ella
- Mira papá! - gritó mientras se acercaba presurosa
Papá avanzó junto a ella y lo vio también, era un pequeño polluelo que había caído del nido.
- Oh! es un pajarito!
Papá miró de inmediato alrededor y encontró el nido no muy alto entre las ramas de un manzano que crecía en el jardín frente a una vieja casa de ladrillo. El árbol era grande y las ramas hacían algo de sombra en la vereda.
- Seguro alguno de los chicos que juegan fútbol movió el árbol de un pelotazo y este infortunado cayó al suelo - decía papá mientras intentaba levantarlo con cuidado - Se está moviendo, espero que no esté mal herido
- Lo llevamos al doctor? - Preguntó Pame
- El doctor para los animalitos se llama veterinario, pero no podemos llevarlo, porque su madre volverá pronto y si no lo ve en el nido tal vez ya no lo reconozca después. Es mejor dejarlo nuevamente aquí en su nido y esperar que con los cuidados de su madre se recupere pronto.
- Y cómo sabremos si se pone mal o se cura? mejor lo llevamos a casa!
- No Pame, no siempre podemos resolverlo todo, a veces debemos dejar que la naturaleza siga su curso. Nosotros también debemos seguir adelante, ya hicimos todo lo que estaba en nuestras manos. Ahora vamos por ese helado!
Pame avanzó con la Bici un poco, y miró hacia atrás por última vez. Seguro estarían bien, ahora debía seguir adelante, como dijo papá... A la heladería!
La Heladería
- Lista! - gritó Pame muy segura de sí
- Pues vamos!
Pame pedaleó con todas sus fuerzas y avanzó rápidamente, pero muy pronto comenzó la cuesta arriba y la velocidad comenzó a disminuir
-Ay! los pedales se pusieron duros! - Se quejó Pame mientras intentaba seguir pedaleando
- No te detengas, si lo haces te será mucho mas difícil continuar - Contestó papá - Tú puedes hacerlo, esfuérzate un poco mas! verás que llegarás a la cima más pronto de lo que imaginas
Eso de querer ser una niña grande no era nada fácil. a veces la pendiente no era tan dura, lo que permitía a Pame tomar impulso nuevamente. Papá la seguía caminando, ya no era necesario para el ir tan rápido por que Pame iba realmente despacio, la primera vez en todo el trayecto.
-Pedalea con fuerza! ya estamos por llegar.. - decía papá para animar a Pame - Un poquito mas!
Pero ya no era necesario. Pame veía tan cerca la Heladería que siguió pedaleando y logró subir. Al llegar papá y ella estaban exhaustos pero felices
- Llegamos! Yeeeee! - Exclamaron riendo - Después del esfuerzo viene la recompensa, así que... a comer helados!
La heladería era magnifica con helados de todos sabores. Choco chip y lúcuma eran sus favoritos, pero también de Chocolate, coco, chicle o todo junto... qué delicia!!
Comieron hasta hartarse y se la pasaron sentados bajo una mesita con sombrilla, descansando y mirando la ciudad desde lo alto por un rato.
- La pasamos bien verdad? pero ya es hora de volver
- Sí, mamá se quedó sola en casa preparando el almuerzo y ya debe estar preocupada - Dijo Pame
El camino de regreso fue fácil y divertido. Al llegar a casa estaban muy sonrientes, pero agotados y sucios. Mama los vio y se sorprendió de verlos así..
-Ustedes sí que se tardaron - dijo Mamá - Me cuentas Pame? qué tal tu primer paseo en bici?
- Divertidísimo mamá!, ahora se andar en bici y además también aprendí un montón de cosas nuevas - respondió Pame mientras acercaba su banquito para lavarse las manos
- Un montón de cosas? como qué? - preguntó mamá mientras miraba a papá que lucía también interesado en lo que respondería Pame
- Buenooo..- decía Pame mientras iba recordando todo lo vivido en esa primera gran aventura
- Ya! Aprendí que debo ver siempre el camino y no distraerme por que me puedo caer... Pero si me caigo, debo levantarme, sacudirme y seguir adelante. Si sigo adelante, el dolor y las burlas se pasan muy rápido...
- A veces en el camino puedes encontrar cosas tristes, como un pajarito fuera de su nido... es bueno detenerse y ayudar pero si no puedes hacer más, entonces hay que seguir avanzando...
Ah, y una cosa más...
- Queeee?!?! - dijeron papá y mamá al mismo tiempo
- Pues que la cuesta arriba es siempre la más difícil, pero la recompensa es deliciosa!
FIN
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