Como todo niño de su edad, le encantaba jugar todo el tiempo. Al volver de la escuela hacia las tareas rápidamente y apenas terminaba, sacaba sus juguetes y comenzaba la diversión; Un día jugaba a las carreras de autos, otro día sus soldados del espacio salvaban el planeta y otro construia una increíble estacion de bomberos con sus bloques de madera. Su imaginación no tenía límites. Pero lo que más le gustaba, era jugar con Muelas, un dinosaurio de goma con el que vivía grandes aventuras.
Todo parecía andar muy bien en casa de Martin, si no fuese por que cuando terminaba de jugar, se sentía tan cansado que sólo queria meterse a la cama, y dejaba los juguetes tirados a pesar que mamá le decía siempre que los guarde al terminar.
Un dia al volver de la escuela, quiso jugar con Muelas el dinosaurio, pero no lo encontró. Buscó entre los montones de juguetes tirados, y pregunto a su Mamá. Ella le dijo que él sabía bien que debia ordenar sus juguetes para poder saber donde esta cada cosa, asi que no fue de mucha ayuda en ese momento.
Martin se fue a dormir muy triste esa noche, ya que por mas que buscó no pudo encontrar a Muelas.
Pero el no sabía que momentos después ocurriría algo muy extraño. Ya entrada la noche, cuando todas las luces se habían apagado, una extraña criatura emergió de debajo de la cama y se acercó lentamente a Martín, despertándolo con un susurro: "pssst... Martiiinnnn..."
Martin entreabrió los ojos y vió a la extraña criatura - ¿Quien eres?! - Le preguntó
Me llamo Pepe calcetin, y como puedes ver soy un títere. Tu no me recuerdas, pero tu papá me hizo hace muchos años para entretenerte cuando eras apenas un bebé
Eres muy gracioso - Le dijo Martin, sin ningún temor - Y a qué has venido?
Pues he venido a buscarte, por que he conocido a un dinosaurio que esta triste por que no puede volver a encontrarse contigo y necesita tu ayuda. Es muy pesado para mi así que yo no lo puedo traer.
Debe ser Muelas! lo he estado buscando.
Si!, así de llama. El pobre se perdió en medio del desorden de tu cuarto, y ahora no puede volver. Debes seguirme y te llevaré donde está él.
Pepe llevó a Martín bajo la cama, y se deslizó entre los viejos y empolvados juguetes que allí habían. Un guitarra de juguete, una patineta oxidada, una pelota desinflada y un viejo pony de madera. Martin apartaba todas las cosas y apenas podía ver. No paraba de quitar cosas, cuando de pronto cayó en un enorme y oscuro agujero.
Que susto! pero cayó sobre un montón de cosas blanditas y no sintió nada - Donde estamos? - preguntó
Bienvenido al mundo de las medias sin par - Le dijo Pepe - aqui vienen a parar las cosas que se pierden en tu casa
Martín escuchaba con asombro, mientras se daba cuenta que había caído sobre un montón de medias de diferentes colores y tamaños. También habían otras cosas que siempre se perdían, como las plantillas interiores de las zapatillas, piezas pequeñas de juguetes, tapas de la batería del control remoto de la tele, los tornillos que se le caen a papa cuando repara las cosas, juguetes completos también, algunos de sus bloques de madera, canicas, pelotas de pin pon... Y mas medias, muchas medias....
Y por qué todo viene a parar aquí? - preguntó Martín
Te imaginas si todas las cosas que se pierden se quedaran en casa? - Dijo Pepe - tarde o temprano las encontrarías, y dejarían de ser cosas perdidas!
Esa explicación no tenía mucho sentido para Martín, pero lo único que le importaba en ese momento era recuperar a su querido Muelas y salir rápidamente de allí.
Y donde está Muelas? - Preguntó Martín
Estaba por aquí hace un momento, pero como hay tantas cosas no es fácil encontrarlo ahora - respondió Pepe.
Era cierto, habían muchísimas cosas en ese lugar, y Martín había reconocido demasiadas cosas suyas, incluso algunas que el ya había olvidado que tenía. Buscaron por mucho tiempo, moviendo y removiendo, hasta quedar agotados. Parecía que el lugar era enorme, y Pepe le explicó que era asi por que mientras mas cosas se perdían, mayor debía ser el mundo de las medias sin par, pues tenía que haber espacio allí para todo.
Quiere decir que si yo fuese mas ordenado, este mundo sería mas pequeño? - Dedujo Martín
Pepe miró a Martín y esbozó una sonrisa de satisfacción. - He oído que hay algunas casas donde los niños son tan ordenados que su mundo de medias sin par tiene el tamaño de una pelota de tenis
- Del tamaño de una pelota de tenis? Pero este mundo es enorme! creo que Mamá tiene razón. debo ser un poco mas ordenado.
Mientras conversaban, Martín y Pepe seguían caminando por aquel extraño lugar, hasta que por fin divisaron a una criatura de cuello largo, que miraba fijamente hacia arriba
Es Muelas! lo encontramos! - gritaba Martin de alegría
Corrieron a darle el alcance, y se abrazaron como si no se hubieran visto en mucho tiempo. Martin notó que muelas miraba hacia el cielo por que había encontrado una salida muy pero muy arriba, tanto que a pesar de tener un cuello extra largo, no lograba alcanzar.
Cómo lograrían salir?. Pepe le dijo a Martín, que si pudieran subir sobre algo un poco mas alto, y él se trepaba sobre el cuello de Muelas, seguramente lograrían llegar tan alto como para alcanzar la salida.
Entonces, Martín tuvo una gran idea. Con la ayuuda de sus amigos, juntaron y ordenaron todas las cosas que encontraron en el lugar. Habían tantas cosas que hicieron una montaña de objetos de todo tamaño y color. Al terminal, fue facil para Muelas subir por la montaña y mas facil aún para Martín alcanzar la salida, subido en la cabeza de Muelas.
Una vez fuera, pudo sacar a Muelas y a Pepe.
Los tres amigos se abrazaron y rieron. Martín salió de debajo de la cama llevando a Muelas y a Pepe con él, y los dejó junto a su cama. Les prometió que sería mas ordenado de ahora en adelante, para que nunca mas tengan que separarse y mucho menos volver a ese extraño lugar. Y con esa promesa, volvió a dormir
Muy temprano por la mañana, Martín despertó y se dió cuenta que todo había sido un sueño. Pero grande fue su sorpresa al ver que junto a su cama, se encontraban Muelas y Pepe tal como el los había dejado.
Minutos mas tarde, cuando Mamá entró a la habitación de Martín, lo encontró limpiando y ordenando todos sis juguetes.
Pero Martín, estas ordenando tu cuarto, qué te ha ocurrido? - Preguntó Mamá gratamente sorprendida
Nada Mamá - Contestó Martín - Sólo quiero que el Mundo de las medias sin par sea tan pequeño como una pelota de tenis!
FIN